jueves, 16 de junio de 2011

Aparcamiento de palabras carcas

Hace ya un tiempo, me he dado cuenta que tengo una manía que quiero erradicar y no puedo. Uso mucho el “Okey”. No en su versión gesticular, sino en la verbal. No me gusta como suena, parezco un pijo remilgado. Además desentona en una frase en castellano.
Pensando en eso he llegado a una conclusión sobre esas palabras importadas que usamos comúnmente en nuestras vidas cotidianas. Les han robado la identidad a unas palabras que ya existían anteriormente. Son unas okupas con formas de letra (cosa curiosa, porque los okupas si de algo no saben es de letras…). Empiezo a odiarlas. Las muy hijas de puta han llegado con sus aires de progreso e innovación y han doblegado a las de toda la vida.
Por ejemplo Parking (está incluso en los diccionarios de castellano). Es una palabra que se usa muchísimo más que la palabra en castellano que ya existía: Aparcamiento.  Público o privado. Pero aparcamiento, joder.
Entiendo que las lenguas evolucionan con el paso del tiempo, y que así debe seguir siendo. La lengua que hablamos actualmente es el resultado precisamente de adaptar continuamente los usos de la misma por las diferentes generaciones. Aún así, me da rabia. Es lo que hay.
Por cierto. Aunque me de rabia, puedo aceptar que se tenga que adatar la lengua al uso que le da la gente. Lo que no puedo aceptar es que ningún gobierno intente legislar sobre ella.

jueves, 2 de junio de 2011

Silencios complices

Hay un tema en el que todos estamos de acuerdo. La repulsa total a la violencia machista. Digo todos aunque soy consciente de que hay excepciones. Una pequeña minoría de bestias malnacidas que maltratan a sus compañeras sentimentales. Se que hay muchos tipos de violencia machista. Pero hoy voy a centrarme en esta. El asesinato.
Como digo, todos estamos de acuerdo (o casi todos). Así que este artículo no va sobre eso. Va sobre los borregos que callan. Vecinos, amigos, incluso hijos. Testigos todos ellos de de las hábitos de maltrato. Y callan. Y con su silencio, condenan a la víctima a vivir sin ninguna chispa de vida. A vivir hasta que su verdugo decida.
Acabo de ver en televisión el último caso. Y me indigna ver como el entorno de la pareja da todo tipo de detalles sobre el asunto. Al parecer todos estaban al corriente de lo que ocurría en esa casa. Además lo han adornado con frases como “Se veía venir”. Manda narices!! Lo veían venir y aún así ha sucedido. Lo veían venir y han dejado que suceda.
Un pueblo de 6000 habitantes. Según ellos muy consternados todos con el asunto. Incluso han hecho un paro para guardar cinco minutos de silencio. Seguro que la víctima allá dónde esté se lo agradece enérgicamente. Cinco minutos de silencio ni más ni menos…. Idiotas. Habría servido solo un minuto de sonido. El de la voz de uno solo de ellos denunciando ante las autoridades.
Su silencio no la ha matado. Pero ha sido clave para que suceda.