Hace ya un tiempo, me he dado cuenta que tengo una manía que quiero erradicar y no puedo. Uso mucho el “Okey”. No en su versión gesticular, sino en la verbal. No me gusta como suena, parezco un pijo remilgado. Además desentona en una frase en castellano.
Pensando en eso he llegado a una conclusión sobre esas palabras importadas que usamos comúnmente en nuestras vidas cotidianas. Les han robado la identidad a unas palabras que ya existían anteriormente. Son unas okupas con formas de letra (cosa curiosa, porque los okupas si de algo no saben es de letras…). Empiezo a odiarlas. Las muy hijas de puta han llegado con sus aires de progreso e innovación y han doblegado a las de toda la vida.
Por ejemplo Parking (está incluso en los diccionarios de castellano). Es una palabra que se usa muchísimo más que la palabra en castellano que ya existía: Aparcamiento. Público o privado. Pero aparcamiento, joder.
Entiendo que las lenguas evolucionan con el paso del tiempo, y que así debe seguir siendo. La lengua que hablamos actualmente es el resultado precisamente de adaptar continuamente los usos de la misma por las diferentes generaciones. Aún así, me da rabia. Es lo que hay.
Por cierto. Aunque me de rabia, puedo aceptar que se tenga que adatar la lengua al uso que le da la gente. Lo que no puedo aceptar es que ningún gobierno intente legislar sobre ella.