lunes, 21 de marzo de 2011

El cine es caro

No falla.  Basta con hablar de cine para que alguien suelte que el cine es caro. Y claro. Basta que alguien suelte la lindeza para que  entre en estado de rabia. En este caso moderada. Pero rabia al fin y al cabo.
Detrás del sujeto que se queja de los precios de las entradas, suele haber un tipo que se baja películas a discreción. De las cuales no ve ni la mitad. Y que de la mitad que ve no es capaz de hacerse cargo del trabajo que hay detrás de una producción cinematográfica. Vale que la gente del cine gana una buena pasta. Pero es que trabajan para ello.
Me da igual que alguien baje películas de internet. Pero me fastidia que intente justificarlo con el precio del cine. Porque a mi juicio no tiene razón.
¿Qué actividad de ocio de dos horas te sale por 7€ (festivos)? Si lo paráis a pensar no salen muchas.
Luego está lo que el cine me ofrece por ese precio. He luchado por la libertad junto a William Wallace. He tomado una difícil decisión junto a Anne (removiendo conceptos éticos y morales que creía sólidos). He viajado por toda la Tierra Media porque un viejo mago se emperró en que había que destruir un anillo. He desafiado mil veces las leyes de la física junto a Bruce Willis. He visto ganar el campeonato interestatal a Daniel “San” con una patada que haría reír al mismísimo Chuck Norris. Rocky me hizo dudar en el último asalto sobre su victoria en el combate con Mr T (ganó). Decidí que morir no siempre es malo junto a Ramón Sampedro. He viajado del presente al futuro y del futuro al pasado para volver al presente (en un coche sin aire acondicionado). Y sobre todo. He visto las tetas de María Lapiedra en 3D.
Todo ello por 7€. Para que luego te digan que el cine es caro. Cara es la cerveza en los bares y nos la bebemos tan panchos, mientras nos quejamos de lo caro que es el cine.
Tema aparte serían las palomitas…

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