viernes, 25 de marzo de 2011

Escrúpulos

Por lo general la gente es bastante irrespetuosa con las cosas que no entiende. Les cuesta asimilar un sentimiento o una situación que no han experimentado nunca. Se tiende a frivolizar sobre el tema, quitándole importancia. A menudo con mal gusto.
Soy escrupuloso. Es lo que hay. Me produce cierto asco determinadas situaciones. Casi siempre ligadas con la comida. Por ejemplo, que alguien manosee mis cubiertos antes de comer.
Cuando la gente se entera suele hacerle mucha gracia y les falta tiempo para ponerme a prueba. Todo muy divertido. Un juas juas que te rilas. Se le puede tocar los huevos de tantas formas a un tío escrupuloso, que parece inevitable no hacerlo. No se respeta.
Lo que me da rabia es que parece que esté mal visto que me pueda ofender por ello. Una broma es una broma. Y hay que aceptarla como tal. Pero que la intención sea inocente no quiere decir que el resultado no pueda molestar. Y más con algo que a otra persona le importa. Y a mí me importa, y mucho, comer tranquilamente.
Lo mismo que respetamos a los enfermos físicos o mentales. Que procuramos no recordar a nadie sus situaciones dolorosas. O que no mencionamos la promiscuidad de la madre de otro. Debemos respetar a los escrupulosos. Y si por alguna razón que no alcanzo a entender, no se puede hacer, que nadie se sorprenda si me cisco en las cuencas de los ojos de sus difuntos.

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