domingo, 16 de octubre de 2011

La moñada del domingo.

¿A qué saben esos besos, que no nos supimos dar?,
ahora que estoy más lejos dime la verdad.
¿A qué sabe este silencio que no aprende a caminar?,
por este pasillo estrecho que tú me das

¿A qué sabe el sentimiento, que en la boca nos quedó?,
arropa este último beso, que esta vez lo pago yo.
¿A qué sabe esa mirada, que no quisimos cruzar?
Cállate y no digas nada, que es mejor mejor callar

Desnudo de sentimiento, te entrego mi rendición.
Mi sensatez, mi tormento, mi vida sin solución.
Te juro que no es lamento, es RABIA de corazón.
El mejor vino que tengo de mi viejo bodegón

¿A qué sabe el pan contigo, si mi hambre no es de comer?
Es hambre de estar más vivo en tu cuerpo de mujer
Pongamos tierra por medio, distancias al corazón
Y el mundo se hará pequeño, quedémonos tú y yo
Que yo no sé pisar el freno, que no me entiendes
Que yo me valgo de tu sudor para engrasar mis ejes
Que ya no tengo ni vida propia, ni tengo suert

¿A qué saben las cosas que se han perdido?
¿A qué saben los besos que no nos dimos?
¿A qué sabe el destierro si no es contigo?
De qué sirve ese pájaro malherido
Las calles de luna estrecha entre tú y yo
Las veces que no supimos pedir perdón
Las noches que se perdieron en tu portal
Las veces que por tus labios pude matar
La iglesia donde no reza mi corazón
La lluvia que no resbala por mi cristal
Las fiestas de vino amargo y de soledad
Los besos que no se compran si no se dan,
la puerta que hemos cerrado antes de entrar,
las páginas del pasado sin escribir....


El Hombre Gancho

No hay comentarios:

Publicar un comentario