Bueno gente. Si a Pérez Reverte le han condenado por plagio, yo no quiero ser menos… He extraído unos cuando párrafos de un libro titulado “El Bolígrafo de gel verde” de un tal Eloy Moreno. Unidos con algo de acierto por mi parte –y escritos con mucho talento por el autor- queda un texto que invita a la reflexión. Me gustaría que dejaseis vuestra opinión en el apartado comentarios. Sé que lo haréis. Este escrito no puede dejar indiferente a nadie.
“Me comentó, aquella tarde que ya era noche, aquella noche que al final se me hizo tarde, que en su edad de estudiante, llegó a sacarse el bachillerato, algo realmente extraordinario en una época en que las mujeres no tenían asignadas esas funciones en los libros”.
“La vi joven, delgada, con una melena morena, con sus libros bajo el brazo, sentada en primera fila mientras los garrulos de la última fila se dedicaban a molestar. La vi sola, única, extraña en un mundo de hombres con falda a cuadros, camisa blanca y cara atenta. Vi también al resto, a os de atrás, con más posibilidades y menos cabeza, con más futuro y menos neuronas, protegidos por un machismo excluyente”.
“Volví a verla con veinte años, con toda una vida por delante, con una inteligencia desaprovechada, con un saber que sabía que no le iba a servir de nada, con futuro, pero sin esperanza de cambiarlo. Sin comprender que tendría que haber nacido treinta años más tarde, cuando la diferencia entre sexos no fuera tan acusada, cuando esa cabeza, esa inteligencia le hubiesen permitido acabar de otra manera”.
“La miré de nuevo pero ya había desaparecido. La imagen de aquella chica con sus libros, falda a cuadros y su camisa blanca se fue. Desperté para encontrarme con una señora de cincuenta y tantos años, de figura botera, con bata azul y zuecos blancos, de cara arrugada y esperanza perdida. Todo lo anterior quedó, irremediablemente, atrás”.
“Me encontré en un futuro hablando, como hablaba ella, de lo que pude haber sido y no fui. Me encontré frente a alguien quejándome de mi mala suerte, de mis esperanzas, de que el mundo –y no yo- había enterrado mi futuro, pero sin la excusa de haber nacido en un época equivocada”.
“Vi reflejado en ella nuestro fracaso”.