lunes, 26 de septiembre de 2011

De la bolsa, la mitad.

No juego en bolsa. La bolsa juega conmigo. Mejor dicho, me la juega. Lo hace cada vez que voy al súper y me lía con sus malas artes. No se trata del Ibex 35. Ni de cualquiera de las bolsas mundiales que tantas horas de informativos acaparan en las últimas semanas. Se trata de la bolsa de Doritos. Una hija de puta de mucho cuidado.
Cuando la ves ya sabes de qué palo va. Es la típica que parece que ofrezca mucho disfrute, pero que luego se queda en nada. Como una diva de instituto que al quitarse el sujetador deja todo su volumen en los rellenos del mismo. De la misa, la mitad.
¿Para qué una bolsa tan grande? Es obvio que ni ahora ni nunca han tenido intención de rellenarla del producto. Se lo podrían currar un poquito y adecuar el envase a la cantidad o mejor la cantidad al envase. Esto último parece más tentador, aunque los pajarillos también subirían el precio.
Con lo cachondos que nos ponemos todos al hablar de reciclaje y de salvar al mundo, no entiendo que ningún rastafari con pantalones cagados y pañuelo palestino, no hay emprendido una encarnecida lucha por acabar con el problema. Lanzo la idea. Espero que alguien haga el favor de cogerla. Primero para ayudar a un mundo, cada vez más contaminado, a alargar su agonía. Segundo para que no se me quede la cara de gilipollas cada vez que abro mis Doritos.

4 comentarios:

  1. Si compraras la salsa de los doritos la cosa no sería tan drastica... racano

    ResponderEliminar
  2. El problema aumentaría. No hay Doritos suficientes como para acabar con la salsa. He intentado contar cuantos Doritos vienen en la bolsa. He perdido la cuenta cuando he comenzado a comerlos de dos en dos...
    Aún así, creo que vale el referente visual y el temporal. He tardado unos 8 minutos en rendir buena cuenta del contenido de la bolsa.
    Plataforma por una bolsa de Doritos justa, ya!!

    ResponderEliminar
  3. Yo sólo como ganchitos. Los ganchitos sí llenan la bolsa. Los ganchitos sí tienen un precio justo. Los ganchitos son nuestros amigos.

    ResponderEliminar
  4. No confies nunca en nadie que afirme que no le gustan los ganchitos!

    ResponderEliminar